Enriquecida con el complejo vegetal de pro-ceramida, la crema láctea hidratante calmante hidrata la piel, protegiéndola y previniendo su deshidratación.
Una aplicación diaria aporta calma, confort y vitalidad. Hay que utilizarlo justo después del sérum, ya que preserva y retiene la humedad en las capas profundas de la piel. La piel recupera su luminosidad natural. Su textura ligera, sedosa y fresca proporciona una hidratación intensa sin dejar un acabado graso en la piel.
Mañana y noche se pone un poco de crema en toda la cara sin olvidar el cuello.
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